Los 5 rasgos principales de la negación humana
Existe un interesante artículo “Negacionismo: ¿Qué es y cómo deberían de responder los científicos?” (Diethelm & McKee 2009). que aunque centra la atención en la salud pública, establece principios sobre el fenómeno de la negación científica. Recordemos en esta línea al Presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, que en contra del consenso científico afirmaba que el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) causaba SIDA. La negación de la ciencia impidió a los portadores recibir anti-retrovirales de modo preventivo. Se estima que esta política produjo la pérdida de más de 330.000 vidas.
La negación científica se define como “el empleo de argumentos retóricos para dar la apariencia de un debate legítimo cuando no lo hay, una estrategia que tiene el fin último de rechazar una proposición sobre la que existe un consenso científico”.
¿Por qué es importante definir la táctica de la negación? La argumentación de buena fe exige la consideración de todo el conjunto de evidencias científicas. Esto es difícil cuando se enfrentan a las técnicas retóricas diseñadas para distorsionar y distraer. Identificar y exponer públicamente estas tácticas son el primer paso en la reorientación de la discusión de nuevo a un enfoque científico.
Esto no quiere decir que todos los argumentos escépticos del calentamiento global emplean tácticas negacionistas. Y ciertamente no tiene la intención de atacar las motivaciones personales. Por el contrario, en la mayoría de los casos, centrarse en las motivaciones en vez de en los métodos es contraproducente.
Se identifican 5 características comunes en la mayoría de las negaciones científicas:
1. Teorías de la conspiración
Cuando el abrumador peso de la opinión científica cree que algo es cierto, el negacionista no admiten que los científicos han estudiado de forma independiente las pruebas para llegar a la misma conclusión. En su lugar, afirman que los científicos están implicados en una compleja y secreta conspiración.
2. Falsos expertos
Son individuos que pretenden ser expertos, pero cuyas opiniones son incompatibles con el conocimiento establecido. Esta táctica a menudo se complementa con la denigración de expertos verdaderos, tratando de desacreditar su trabajo.
Fueron utilizados ampliamente por la industria del tabaco que desarrolló una estrategia para reclutar a los científicos que contrarrestasen la creciente evidencia de los efectos nocivos del humo en los fumadores pasivos. Los negacionistas del tabaco con frecuencia han atacado Stanton Glantz, profesor de medicina en la Universidad de California, por destapar las tácticas de la industria tabaquera, etiquetando de “ciencia basura” su investigación.
3. Parcialidad en la selección de evidencias
Esto consiste selectivamente hacer uso de documentos aislados que desafían el consenso para desacreditar la vía principal de investigación.
Un ejemplo de esto, es un artículo que describe anomalías intestinales en 12 niños con autismo, sugiriendo una posible relación con la inmunización. Esto ha sido ampliamente utilizado por los activistas contra la vacunación, a pesar de que 10 de los 13 autores del artículo, posteriormente se retractaron del posible vínculo entre ambas cosas.
4. Impredictibilidad de los resultados de las investigaciones
La empresa tabaquera Philip Morris trató de promover un nuevo estándar para la realización de estudios epidemiológicos. Estas estrictas directrices habrían invalidado de un plumazo una gran cantidad de investigaciones sobre el efecto del tabaco sobre la salud.
5. Declaraciones falsas y falacias lógicas
Las falacias lógicas incluyen el uso de hombres de paja, que argumentan erróneamente los argumentos contrarios, facilitando la tarea de refutarlos.
Por ejemplo, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EE.UU. determinó en 1992 que el humo ambiental del tabaco era cancerígeno. Este fue criticado nada menos que como una «amenaza para la esencia misma de los valores democráticos y la política pública democrática”.
Fuente: SkepticalScience
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